La Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Servicio de Neonatología del Hospital Clínic de Barcelona ha instalado cámaras para que los padres puedan ver a sus hijos las 24 horas del día a través de una web y favorecer así el vínculo materno-filial y reducir la ansiedad en el momento de separación.
La jefa de Gestión de Enfermería del Centro de Medicina Maternofetal y Neonatal (BCNatal) del Hospital Clínic, Angela Arranz, ha presentado hoy a los medios de comunicación las cinco cámaras instaladas en la UCI de bebés prematuros con las que es posible "la visualización continua, que hace que disminuya la ansiedad que los padres sienten cuando ingresan a sus hijos".
En una prueba piloto hecha a principios de este año con la instalación de las cámaras, también han comprobado que, al reducirse la ansiedad de las madres, éstas aumentaban la producción de leche materna, ha añadido la coordinadora Asistencial del Servicio de Neonatología de BCNatal, Erika Sánchez.
Las estancias hospitalarias en los neonatos prematuros se pueden prolongar durante meses y aunque el Clínic permite a los padres estar 24 horas en el hospital, no pueden estar in situ con sus hijos, por lo cual a través de la web pueden ver a sus hijos en cualquier momento del día.
Por ello, el director del Instituto de Ginecología, Obstetricia y Neonatología del Clínic, Eduard Gratacós, ha afirmado que la iniciativa tenia el objetivo de "permitir a madres y padres muy prematuros que sintieran que están cerca de sus hijos".
Una de las madres que ha participado en la prueba piloto, Verónica Pacarelli, ha explicado que su hijo nació con 26 semanas el pasado mes de julio y asegura que está iniciativa le ayudó psicológicamente, le motivó e hizo que pudiera descansar. En el caso de Pacarelli, su familia se encuentra en Argentina y el hecho de tener una cámara con acceso desde Internet ha contribuido al acercamiento familiar, ya que sus padres tenían acceso a la web desde su país y, aunque no podía estar presencialmente con su hija, podían verla a través de la cámara.
Después de dos meses y medio, la niña de Verónica ya no está en la incubadora y reconoce que "con la cámara nos sentimos más unidos".