El lago de la casa de campo comienza a rellenarse después de meses vacío por las obras y la limpieza. El agua alcanza el metro de altura.
Vecinos y hosteleres están encantados porque mejora la imagen y el entorno de esta zona tan concurrida.
Al rellenado, se suman los remates típicos de toda obra: e paseo, las barandillas, las plantas.
Este mes de noviembre, nuestra ciudad tendrá un nuevo reflejo.