Ya han comenzado a llegar a Roma algunas de las víctimas que han denunciado haber sufrido acoso sexual en el seno de la Iglesia católica. En las próximas horas serán recibidas por el comité organizador de la cumbre que, para prevenir el abuso sexual del clero, comienza este jueves en el Vaticano presidida por el papa Francisco.
Una cumbre papal sin precedentes en la que los obispos católicos reconocen que el problema es mundial y que el encubrimiento tendrá consecuencias.
“Tolerancia cero” es lo que piden las víctimas a pocas horas de una reunión en la que se escucharán muchos testimonios.
Escándalos que, por ejemplo, han salpicado en España a la Abadía de Monserrat. Nueve personas han denunciado ya a uno de los pastores. Una de ellas, el español Miguel Hurtado, ha exigido al Vaticano un "plan de acción global" contra la pederastia tras el encuentro "decepcionante" que mantuvo este miércoles con los organizadores de la cumbre sobre abusos de la Iglesia católica.
"No me han presentado un proyecto concreto para luchar con esta pandemia global", dijo a los medios tras abandonar el Instituto Agustianiano. Reclamó también un "plan de acción global, creíble, con calendario" y "medidas específicas" como “extender los plazos de prescripción en los delitos de pederastia, reformar la ley canónica para eliminar el secreto pontificio y establecer la tolerancia cero a todo el mundo: si tocas a un niño una vez, te vas a la calle", detalló.
Las conclusiones de la cumbre antipederastia serán analizadas por los distintos dicasterios de la Curia Romana. El encuentro arranca este jueves con la participación de 190 participantes, entre obispos, religiosos y otros expertos.