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Hacer una reserva para una comida o una cena y luego no presentarse ni cancelar es una práctica cada vez más habitual. Esto hace que los restaurantes pierdan dinero, y también clientes, que se van a otros locales porque no tienen mesa.

Muchos han optado por cobrar a los clientes una cantidad al reservar para disuadir a los que no cumplen. Por ello, gran parte de restaurantes ya están empezando a solicitar una pequeña tasa por realizar una reserva si se desea disfrutar de su establecimiento y así asegurarse de que el cliente no les va a faltar. De lo contrario, la hostelería saldría perdiendo.

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“Esa mesa la podría disfrutar otro cliente, o venir un consumidor espontáneo”

Actualmente unos 700 restaurantes ya cobran la reserva, y cada vez son más los establecimientos que se suman a la tendencia de llevar a cabo esta medida.

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Para algunos de ellos, se trata de una cuestión de responsabilidad. Esta pequeña multa por no acudir es una forma de no hacer tanto daño a los hosteleros.