Vídeo: Redacción Agencias | Foto:Telemadrid
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La Plataforma de Afectados por Madrid Central ha denunciado la aparición de un "mercado clandestino" de permisos de acceso a la zona de bajas emisiones, en el cual, aseguran, se han llegado a vender empadronamientos por 200 euros y pases diarios por 20.

En una rueda de prensa, el coordinador de la plataforma, Vicente Pizcueta, ha afirmado haber constatado "media docena de casos de conseguidores" que abordan a la gente por la calle para ofrecerle la posibilidad de empadronarse en su domicilio a cambio de una compensación económica.

Otro de los portavoces del colectivo, Pascual Medel, ha agregado que se han detectado casos de venta de bolígrafos por alrededor de 20 euros a los que se incorporan pases diarios a Madrid Central. Pizcueta ha aseverado que ya antes de Navidad fueron "los funcionarios municipales" los que pusieron a los empresarios y residentes de la zona "en alerta" ante la posibilidad de que se produjeran prácticas de este tipo, y ha apuntado que las sospechas del Ayuntamiento "se han confirmado".

La existencia de este "submercado" es, según la plataforma, una de las consecuencias del "caos operativo" de Madrid Central y lo que le ha llevado a pedir al Consistorio posponer la imposición de multas por infringir la normativa de movilidad hasta que se solucionen "todos los problemas".

"No dejan de producirse fallos en el sistema informático"

"No dejan de producirse fallos en el sistema informático", ha comentado Medel, para quien la información proporcionada por los servicios municipales a asociaciones y particulares es "arbitraria y desigual" ante "la misma duda".

Es el caso de la Sociedad de San Vicente de Paúl, que tiene un banco de alimentos y otro de ropa para personas desfavorecidas en el barrio de Las Letras, y a la que se denegó la posibilidad de conceder permisos de acceso "por no ser persona física residente" en Madrid Central", según ha relatado su secretario técnico, Roberto Sánchez. Finalmente, y mediante la figura excepcional de "socio honorífico", la asociación podrá disponer de diez invitaciones al mes, pero Sánchez prevé que "va a estar un poco dificultoso" que la gente pueda llevar "alimento y ropa" a su local.

Medel ha censurado que no se haya contemplado "un horario de carga y descarga nocturna" y que no haya rastro de las "implantaciones tecnológicas" que debía llevar aparejadas Madrid Central, como los paneles informativos de las plazas de aparcamiento disponibles en la zona, que aún no se han licitado.

En conclusión, ha declarado Medel, el calendario de implantación de Madrid Central "no hace más que dilatarse", pero las sanciones económicas "están en el horizonte" y representan "una amenaza y una preocupación" para la plataforma, que ha insistido en retrasar las "medidas punitivas".

Sabanés defiende Madrid Central

Por otro lado, la delegada de Medio Ambiente y Movilidad, Inés Sabanés, ha asegurado que Madrid Central "funciona bien" y que existe un "alto grado de cumplimiento" de la normativa por parte de la ciudadanía madrileña, un "éxito" en el que ha contribuido el nivel de concienciación "impresionante" por parte de los madrileños.

Sabanés ha recordado que Madrid Central entró en vigor a finales de noviembre del año pasado y que el Consistorio realiza controles aleatorios y se han remitido notificaciones informativas. Por tanto, el Ayuntamiento está "evaluando y controlando" la implantación gradual de Madrid Central para seguir informando al conjunto de la población de los pasos a dar y la futura entrada de los procedimientos sancionadores.

También ha comentado que se tiene que seguir trabajando a la hora de informar de forma más precisa a aquellos que, por desconocimiento de la normativa, hayan podido incumplir las restricciones, de cara a esa segunda fase de Madrid Central en la que se procederá ya a la imposición de sanciones. No obstante, está convencida de que se producirá el "mismo nivel de aceptación y éxito" que se ha registrado hasta ahora.

El inicio de Madrid Central

El pasado 30 de noviembre entró en vigor Madrid Central, un área de 472 hectáreas por la que solo pueden circular los residentes, sus invitados (un máximo de veinte al mes), los coches con etiqueta Cero Emisiones y Eco y los vehículos B y C que acudan a un aparcamiento público, además de suministradores y prestadores de servicios, entre otros.

En la primera fase de Madrid Central no hubo multas ni controles de acceso, pero sí controles aleatorios en los que los agentes informan de los criterios de circulación. En un segundo periodo, durante enero y febrero, funcionarán las comprobaciones automáticas -cámaras y cruces de matrículas- y el Ayuntamiento comunicará por carta los incumplimientos, pero las sanciones económicas -de 90 euros o 45 por pronto pago- no llegarán al menos hasta marzo.