Cuatro de cada cinco mujeres han sufrido acoso sexual en la calle. Lo dice un estudio de la ONG Plan Internacional, que denuncia la tolerancia social frente a esta realidad. Apunta, además, que las denominadas "manadas" actúan por diversión y en tres de cada cuatro casos de acoso verbal los testigos no hacen nada.
Además, de las 576 madrileñas que en el estudio hablaron de acoso, el 29% sufrió una persecución.
Pasividad de los testigos
La inmensa mayoría de testigos que presencian un caso de acoso callejero ignoran este tipo de comportamiento, que va desde los piropos no deseados o los silbidos hasta la persecución, por considerarlo inofensivo, según concluye el informe 'Inseguras en las calles' de esta ONG.
Y ello a pesar de que las chicas lo viven con miedo y ven limitada su libertad de movimiento y de elección para protegerse, prosigue este estudio, elaborado a partir de las experiencias de 750 jóvenes de Madrid, Kampala (Uganda), Sídney (Australia), Lima (Perú) y Nueva Delhi (India).
El informe, que se suma al de 'Inseguras en la Ciudad' que la ONG presentó en octubre con motivo del Día de la Niña, recoge como aquel los resultados obtenidos en “Free to Be”, una herramienta de encuestas basada en un mapa interactivo y diseñada por chicas y mujeres jóvenes.
Acoso en grupo por diversión
De él se desprende que el acoso callejero en grupo, en forma de piropos no deseados, silbidos, miradas insistentes o seguimiento y persecución, suele ser considerado por chicos y hombres como una forma de afirmación del vínculo grupal, de demostración de poder y masculinidad e incluso de diversión.
En casi tres cuartas partes de los casos de acoso verbal a mujeres en público los testigos no intervienen porque los consideran inofensivos y están tolerados socialmente.
También que la intimidación callejera aumenta cuando se produce en grupo, ya que los acosadores anteponen su integración social a la seguridad de las mujeres; este acoso grupal, generalmente verbal, resultó ser más frecuente durante el día en todas las ciudades, excepto en Kampala.
Mujeres perseguidas
En el 13 % de lo casos las mujeres son perseguidas, llegando a un 29 % en Madrid, tal como lo atestigua el testimonio de una de las participantes que narra su experiencia cuando volvía a casa. "Me empezaron a seguir y yo me puse a correr hasta que llegué a casa", relata esta menor de 16 años.
Estas situaciones que viven las mujeres a diario les "impiden moverse libremente" y acentúan las relaciones desiguales de poder entre ellas y los hombres.
"Muchas veces, los chicos ni siquiera son conscientes del miedo que generan en ellas, porque están más pendientes de reafirmar su masculinidad ante los amigos que en desarrollar alguna empatía con la chica a la que están acosando", ha destacado la directora de incidencia política de Plan International España, Emilia Sánchez-Pantoja.