Entraban por separado a la apertura del año judicial pero se sentaban juntos. Ambiente cordial ante las cámaras entre el presidente Ángel Garrido y el Delegado del Gobierno José Manuel Rodríguez Uribes y eso en un momento de tensión entre gobierno central y regional, después del desencuentro vivido ayer en el acto del Día de la Policía.
Garrido no acudió al evento alegando que la Delegación del Gobierno había cambiado el protocolo para quitarle protagonismo a la Comunidad de Madrid.
Hoy ha manifestado que la relación con el Delegado es cordial y de colaboración y que solo exige el debido respeto a la Comunidad de Madrid.