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Algún que otro despiste y algún que otro enfado. Con todo, los madrileños se han tomado con normalidad, con una ajustada dosis de paciencia, el cierre del túnel de Recoletos y han aceptado de buen grado las alternativas de transporte que se han aplicado mientras duren las obras, que se prolongarán en principio hasta el próximo mes de noviembre. El cierre se produjo este domingo y este lunes, ya en día laborable, la hora punta se ha retrasado al menos hasta las nueve de la mañana.

El servicio de Cercanías Madrid funcionó a primera hora con normalidad y sin incidencias, según fuentes de Renfe, que apuntan también que el plan alternativo de transporte se está desplegando con normalidad.

Las obras de modernización arrancaron el domingo en una infraestructura que data de los años 60 y que constituye el tramo con mayor densidad de tráfico ferroviario de la región, con 470 trenes y más de 200.000 viajeros diarios. Por esta zona transitan los trenes de las líneas C1, C2, C7, C8 y C10.

Los trabajos de mejora de la infraestructura implica suprimir el tráfico ferroviario entre Atocha y Chamartín por dicho túnel y que la estación de Recoletos quede sin servicio.

Por ello, Renfe Cercanías Madrid ha diseñado un plan alternativo de transporte que implica, por ejemplo, potenciar tráfico ferroviario por el túnel de Sol con servicios adicionales y vehículos de "unidad múltiple y gran capacidad" en hora punta para trasladar al máximo número de viajeros posibles. Se trata de las líneas C3 y C4 y el refuerzo se aplicará entre las estaciones de Villaverde Bajo y Chamartín con parada en Sol.

Hay un servicio especial de la EMT gratuito para los usuarios de Cercanías que conectará las estaciones de Atocha y Nuevos Ministerios, pasando por Recoletos, que tendrá una alta frecuencia en hora punta con una media de tres minutos. Hemos viajado en uno de esos autobuses y hemos preguntado a los usuarios.