Vídeo: REDACCIÓN | Foto:Telemadrid
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Además de tener que sufrir los homenajes a terroristas que vuelven a sus pueblos, muchos ciudadanos vascos sufren todavía, tantos años después, el acoso y la humillación del entorno abertzale.

Puede ser una agresión a un guardia civil en Alsasua, el acoso a un candidato en Rentería o una paliza a un joven constitucionalista en Vitoria, como le ocurrió al joven ex concejal del partido popular en Vitoria, Iñaki García Calvo, “me increparon a mi y a mis amigos, me tiraron un par de vasos por encima y un tercero me dió un bofetón”.

Iñaki cree que cree que diez años de paz han cambiado Euskadi pero que el odio sigue vivo y no entiende que “gente tan joven que no ha conocido a ETA tenga tanto odio”.

Son muchas las calles y plazas hostiles que siguen vedadas, mientras la izquierda abertzale mira a otro lado

“el odio que nutre a la organización terrorista sigue presente"

Marta Buesa, hija del que fuera vicelehendakari socialista asesinado por ETA en febrero del año 2000, Fernando Buesa, dice que “ETA siguió porque tenía el apoyo de la sociedad” y, añade, “el odio que nutre a la organización terrorista sigue presente".

Hoy en día, carteles y pancartas muestran que el odio sigue vivo. “Lo que quieren hacer es que los chavales cojan miedo y se larguen, como en otros tiempos,”, afirma Carlos Iturgaiz, presidente del PP vasco. El propio hijo de Iturgaiz ha sufrido este acoso jugando al fútbol. Además, está la constante humillación a las víctimas, los homenajes a los presos de ETA y agresiones que Bildu no condena.