Vídeo: EFE | Foto:Telemadrid
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El Capricho de la Alameda de Osuna va a abrir de forma extraordinaria durante toda la primera semana de diciembre, y no solo el fin de semana, como ocurre durante el resto del año, para celebrar que han pasado 50 años desde que el Ayuntamiento de Madrid compró este parque.

De este modo, El Capricho, construido entre 1787 y 1839 para los Duques de Osuna, va a abrir desde el martes día 3 hasta el viernes día 6 entre las 11:00 y las 18:30 horas, mientras que el fin de semana (días 7 y 8) recuperará su horario habitual, entre las 9:00 y las 18:30 horas.

En una visita al jardín, ubicado en el distrito de Barajas, el delegado de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante, ha resaltado que El Capricho es “el único parque romántico” que se conserva en la ciudad, y ha enfatizado que por su valor ecológico y su valor de patrimonio histórico no pueden permanecer más de 1.000 personas a la vez en sus instalaciones.

El Ayuntamiento explica en un comunicado que El Capricho comenzó a escribir su historia en el siglo XVIII, cuando los IX duques de Osuna adquirieron una finca en la Villa de La Alameda, que representa el mayor ejemplo de villa suburbana y de jardín paisajista del siglo XVIII en España.

La duquesa de Osuna, rodeada de los mejores jardineros, arquitectos, escultores y escenógrafos de ese momento, desarrolló un programa cultural ilustrado que hizo de este espacio de Madrid uno de los puntos de reunión y encuentro más frecuentado por personalidades, intelectuales y artistas.

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Carabante ha descubierto una placa conmemorativa del 50 aniversario de El Capricho como jardín municipal, y después, ha realizado una visita por varios de sus puntos más emblemáticos acompañado por el concejal responsable del área delegada de Limpieza y Zonas Verdes, José Antonio Martínez Páramo, y el concejal de Barajas, Juan Peña.

Desde el punto de vista de su protección, El Capricho reúne las declaraciones de Jardín Histórico, Jardín Artístico y Bien de Interés Cultural.

A lo largo de su recorrido se encuentran las edificaciones denominadas como “caprichosos”, como es el caso del Abejero ―un pabellón donde se contemplaba cómo vivían y trabajaban las abejas―, el embarcadero, la ermita, el fortín, el Casino de Baile o la Casa de la Vieja, una casa de labranza que representaba la vida de las clases populares.

El palacio albergó un majestuoso comedor, una biblioteca y las alcobas, decoradas con obras de importantes artistas, entre ellos Goya.

Otro de los puntos visitados durante su recorrido es la exedra y la plaza de Los Emperadores, decorada con bustos de personajes clásicos y un pequeño templete.

En lo que concierne a su patrimonio natural, destaca la importancia que tiene el agua en el jardín, a través de sus estanques, albercas, fuentes y cascadas.

El Ayuntamiento recomienda como puntos de obligada visita el arroyo, que recorre la finca de norte a sur, y la ría, que inicia su trayectoria en el Casino de Baile, se ensancha en el lago y finaliza junto al fortín.

Su vegetación se caracteriza por los bosquetes de lilos y de árboles del amor, mientras que en sus praderas y paseos sobresalen notables ejemplares de robles, pinos, fresnos, cipreses, tejos y cedros, entre otros.También destaca el laberinto localizado junto al jardín bajo, realizado con laureles.

Esta riqueza vegetal permite albergar una fauna variada con aves como el mirlo, la paloma torcaz, el petirrojo o el ruiseñor.

En los elementos de agua se localiza al cisne negro y a parejas de ánade azulón, y entre los mamíferos presentes en El Capricho, se encuentran la ardilla roja, la musaraña, el ratón de campo o el ratón común, que pueblan las arboledas y las zonas de matorrales.