El Muro de Berlín. Un mundo dividido, la primera exposición itinerante a gran escala sobre el Muro de Berlín, llega a Madrid con más de 300 objetos originales, testimonios inéditos y con el mensaje de que la "libertad y la democracia son posibles" y hacen un "mundo mejor".
Así lo ha manifestado durante su presentación Axel Klausmeier, presidente de la Fundación Muro de Berlín, quien ha dicho que se trata de una muestra (en la Fundación Canal a partir del 9 de noviembre) "informativa y emocional" porque todos los objetos dispuestos en más de 2.500 metros cuadrados "removerán muchas mentes".
"Es una exposición sobre la libertad y la democracia y sobre cómo los individuos pueden cambiar las decisiones políticas", ha añadido sobre esta exposición que "no solo da respuestas, sino que hace preguntas".
En concreto, entre los objetos y los documentos gráficos y audiovisuales que se podrán ver están uno de los primeros ladrillos utilizados en las etapas iniciales del muro (1961), un martillo y un cincel usados durante la caída del Muro de Berlín (1989) o un carrito de bebé empleado para el contrabando de alimentos Oeste-Este (1953).
En esta exposición realizada por Musealia en colaboración con la Stiftung Berliner Mauer (Fundación del Muro de Berlín) -quien vela por el legado histórico la memoria de las víctimas del régimen comunista del Alemania del Este- también se podrán volver a oír las voces de los periodistas que anunciaron la caída.
Y, cómo no, se exponen 20 metros de muro de 3,5 metros de altura y un peso de 2,6 toneladas, y a su alrededor el alambre de espino; una barrera contra la libertad que se levantó el 13 de agosto de 1961 y fue derribada el 9 de noviembre de 1989.
Durante el acto, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha dicho que se trata de una muestra llena de "historias reales que son prueba del abismo" al que pueden llevar "las decisiones políticas fanáticas de unos pocos".
"Tener justo aquí estos días una exposición que detalla de esta forma las consecuencias del comunismo y del socialismo llega en el momento más oportuno, para que las personas se den cuenta de que la deriva en la que se encuentra, de la manipulación a la que nos someten", ha sostenido.
Hecha realidad gracias a la colaboración de 20 instituciones internacionales (entre las que están el Museo de la Paz de Hiroshima, el Archivo de la Stasi o el Museo de los Aliados en Berlín) y más de 60 prestatarios, pone de manifiesto las distintas perspectivas de las experiencias que se vivieron a ambos lado del muro.
Como un uniforme del campamento Artek en la Unión Soviética utilizado por una adolescente estadounidense invitada por el secretario general de la URSS, Yuri Andropov, en 1983 o uno de los paquetes alimenticios distribuidos a los residentes en Berlín que eran financiados mediante donaciones de ciudadanos americanos.
En palabras de la embajadora de Alemania, Maria Margarete Gosse, se trata de una muestra donde hay "testigos silenciosos" de un pasado "que nos parece cercano" a los que lo vivieron, como ella, pero no tan lejano para los más jóvenes.
"Entender el muro significa rastrear la Europa del siglo XX (...) la caída del muro parecía un milagro, pero no lo fue, fue el resultado de una revolución pacífica", ha recordado la embajadora al tiempo de que ha advertido de que "no hay que bajar la guardia".
Madrid, ciudad hermanada con Berlín desde el 4 de noviembre de 1988, se ha convertido en la primera parada de una itinerancia de 7 años durante los que la exposición recorrerá diversas ciudades del mundo. Una ocasión para, según el director de Musealia, Luis Ferrero, poner de manifiesto cómo "cada generación es responsable de defender la democracia y la liberad".