El Niño de Elche o el entierro del Flamenco como género
El ilicitano abre con su 'Mausoleo' una reflexión sobre este arte y sus raíces
Francisco Contreras Molina. El Niño de Elche. Coleccionista de prefijos: antiflamenco, exflamenco, posflamenco... Repudiado por los puristas del género, con su decimotercer trabajo se convierte en forense del cante jondo.
Intenta no definirse porque, matiza, no definirse es un valor añadido. Y que es radical en el sentido de que busca la raíz, a diferencia, paradójicamente, de los ortodoxos y guardianes de las esencias.
En este 'Mausoleo' se rodea de ilustres heterodoxas como Rosalía o Angélica Liddell, producido por Raúl Refree y con la mente puesta en un clásico, Antonio Mairena.
Un disco para constatar su afición por tumbas, mausoleos... y polémicas. El músico ilicitano no rehúye la polémica para proclamar, con este disco, el entierro del flamenco como género.
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