Vídeo: Redacción/Agencias | Foto:Telemadrid
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El Museo Thyssen-Bornemisza inaugura una exposición sobre la memoria colonial en sus colecciones, donde se pretende desentrañar la huella del poder colonial en la iconografía de algunas de sus obras. El museo madrileño lleva a cabo una relectura de sus colecciones e investiga cómo el colonialismo influyó en la representación artística.

El Thyssen ha hecho un "necesario examen de conciencia" para su transformación crítica que pasa por una relectura de sus colecciones desde el punto de vista de la descolonización que, ha asegurado su director, Guillermo Solana, no es un "sinónimo automático de restitución".

'La memoria colonial en las colecciones Thyssen-Bornemisza' es el título de la muestra que pone de relieve las consecuencias del colonialismo y su presencia en el occidental a través de imágenes idílicas que enmascaran la desigualdad y la violencia, una exposición que "no tiene que ver con ninguna coyuntura política actual" sino que "viene de muy lejos", ha recalcado Solana.

La muestra, que permanecerá abierta hasta el 20 de octubre, reúne 58 obras de las colecciones históricas, tanto de la permanente como la de Carmen Thyssen, y 17 piezas contemporáneas de la colección TBA21.

El origen de la exposición, ha relatado Juan Ángel López-Manzanares, uno de los cuatro comisarios de la exposición, surgió en 2019, año en el que el International Council of Museums (ICOM) planteó cómo paliar los sesgos eurocéntricos que hay en la mayoría de los museos occidentales.

A través de seis apartados temáticos el Thyssen aborda esta relectura de sus obras que responden a las cuestiones fundamentales sobre la descolonización: el extractivismo y la apropiación, la construcción racial del otro, el esclavismo y la dominación colonial, la evasión a nuevas "arcadias", el cuerpo y la sexualidad y la resistencia y el cimarronaje.

GAUGUIN, PICASSO Y DELACROIX

La primera obra de la exposición está en el 'hall', en su emplazamiento habitual: 'Vista de la Carrera de San Jerónimo y el Paseo del Prado con cortejo de carrozas' (1680), de Jan van Kessell III, en la que se puede comprobar la presencia de africanos en el centro de Madrid en el siglo XVII.

A partir de ahí, surgen numerosas obras destacadas de la colección con una conexión colonial más o menos evidente. Por ejemplo, en 'Jinete árabe' (1854), de Eugène Delacroix; 'Cabeza de muchacha', de Paul Gauguin o 'Estudio para la cabeza de 'Desnudo con paños', de Picasso, estas dos últimas ejemplos de "apropiación cultural", según los comisarios.

También destacan 'Grupo familiar en un paisaje' (1645-1648), de Frans Hals, con un adolescente africano que debió trabajar como sirviente; 'El paisaje sudamericano' de Edwin Church -obras de "carácter arcádico ajenas a la violencia de la dominación colonial"- o, ya en la actualidad, la pieza del artista palestino Taysir Batniji, que alude "con ironía y crítica política" a la ocupación israelí en Gaza.