Las elecciones generales de este domingo en Italia podrían tener una amplia abstención, en torno al 30%. La baja participación podría afectar directamente a la débil coalición de izquierda de Enrico Letta y posibilitar un gobierno de la derecha en solitario. Sería el primero desde 2011.
Silvio Berlusconi, Giorgia Meloni y Mateo Salvini, posiblemente, podrían lograr los votos suficientes para conformar un Gobierno que dure una legislatura completa.
Pero además de un gobierno estable hará falta una oposición estable que solvente las rivalidades internas mostradas por todas las formaciones durante estos últimos meses.
La sensación en la calle es de hartazgo tras seis primeros ministros en Italia en muy poco tiempo.