España no participará unilateralmente en la misión internacional en el mar Rojo que liderará EE.UU, tras los ataques de los rebeldes hutíes de Yemen a varios cargueros. Algunas compañías navieras han paralizado el tránsito de sus barcos por una zona clave para el comercio mundial. España no atiende a la demanda de EEUU y sólo participará en esa misión bajo el paraguas de la Unión Europea o la OTAN.
"Operación Guardián de la Prosperidad". Es el nombre de la coalición militar de 10 países anunciada por EEUU para garantizar la seguridad y la libertad de navegación en el Mar Rojo.
"El apoyo de irán a los ataques hutíes debe cesar" ha dicho el secretario de Defensa norteamericano Lloyd Austin.
En esa coalición según el Pentágono estaría España, aunque la portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, afirmó este martes que España “ unilateralmente no participará” en la misión fuera del marco de la OTAN o la UE.
La respuesta del Ejecutivo contradice a lo anunciado ayer por Lloyd Austin, que en una declaración incluyó a España junto a Reino Unido, Bahréin, Canadá, Francia, Italia, Países Bajos, Noruega y Seychelles en una alianza para abordar conjuntamente los desafíos de seguridad en el sur del Mar Rojo y el Golfo de Adén.
“La reciente escalada de ataques de los hutíes procedentes de Yemen amenaza el libre flujo del comercio, pone en peligro a marineros inocentes y viola el derecho internacional”, señaló el secretario de Defensa de EEUU en su comunicado.
“El Mar Rojo es una vía fundamental que ha sido esencial para la libertad de navegación y un importante corredor comercial que facilita el comercio internacional”, recalcó.
Mientras, los hutíes del Yemen dicen que ellos continuarán sus operaciones legítimas en apoyo a Gaza.
Ataques a barcos de mercancías que han obligado a suspender el paso de las embarcaciones por el Canal de Suez. Una ruta que comercializa el 12% del petróleo, el 10% del comercio mundial y el 8% del gas natural licuado. Ahora los barcos tienen que bordear África por el Cabo de Buena Esperanza Son el doble de días en el mar.
¿Consecuencias? El petróleo ha subido un 8%. Encarecerá el transporte y, como fichas de dominó, los consumidores acabarán pagando más por las mercancías desde los repuestos de automóviles a los chips de los ordenadores.