Echamos la vista atrás. 8 de marzo de 2018. Ese día de la mujer termina con una movilización sin precedentes y superior a la de cualquier otro país. Las mujeres dejan de expresar su hartazgo en privado para salir a la calle, gritar basta ya y tomar las redes sociales.
Las cifras que hablan de brecha salarial, techos de cristal discriminación, violencia machista.. ya no son solo una estadística. ¿Por qué?. ¿Qué ha pasado?.
La reforma de la ley del aborto que puso sobre la mesa Alberto Ruiz Gallardón en 2014 fue un punto de inflexión. Entonces, las mujeres dejaron claro que los derechos adquiridos no eran negociables. El 15-M, tres años antes, fue fundamental.
Decisiva también la importancia que se le ha dado a la violencia machista en los últimos años. Ha pasado de ser considerada una cuestión doméstica a constituir un problema social de primer orden.
Las movilizaciones en la calle, cada vez más intensas. Una de las últimas, el 25 de noviembre del 2017, reunió a miles de mujeres en más de 50 ciudades españolas. Entonces se habló también de violaciones, del consentimiento y mucho de La Manada. Esto fue, dicen los expertos, parte importante del 8 de Marzo.
Hoy, es claro, que se ha roto el silencio. Existe un sentimiento global de que el feminismo es un movimiento que representa a todas.