La reforma laboral se está convirtiendo en uno de los principales problemas del Gobierno. Sacarla adelante no le va a resultar fácil porque tanto los socios habituales del Ejecutivo, como la oposición y los agentes sociales, presionan cada uno por su lado amenazando con no apoyarla. El Gobierno habla hoy de abrirse a "ensanchar mayorías".
El éxito del Ejecutivo de Pedro Sánchez en la mesa de diálogo al acordar una reforma laboral corre el riesgo de diluirse si no consigue los votos en el Congreso. Tras el portazo de Esquerra Republicana, el sector socialista del Gobierno mira a Ciudadanos.
Pero es una vía que el otro socio, Podemos, rechaza ya que cree que la reforma laboral debe prosperar con los votos del bloque de investidura y considera "un error y una trampa" recurrir a Cs, que no quiere dar su apoyo al acuerdo alcanzado sino "torpedear o romper" dicho bloque, según ha dicho su portavoz parlamentario, Jaume Asens, quien cree que no procede acudir a ese "salvavidas".
Unidas Podemos quiere que la aprobación venga del bloque de la investidura, pero ahí, el PNV lo condiciona a que se acepte la prevalencia del marco vasco.
El PP critica que para sacar a Bildu del no, ayer se reunieron en Bilbao los socialistas vascos con Otegi. Una negociación contrarreloj para la que Pedro Sánchez ha rescatado a quien negoció la investidura, Adriana Lastra.
Mientras, los agentes sociales presionan. Comisiones Obreras pide a la izquierda que no cometa una torpeza histórica, mientras la CEOE ratifica que si se cambia una coma se sale del pacto.