Guardias civiles califican de "teatro" su contravigilancia en el despacho de Aldama
Los agentes reconocen que compraron móviles e inspeccionaron el vehículo y el despacho de Víctor de Aldama por orden de su comandante Rubén Villalba, investigado por su presunta implicación en la trama
Agentes de la Guardia Civil han testificado que las labores de contravigilancia para el empresario Víctor de Aldama, entre ellas en su despacho en Madrid, fueron un "teatro" porque no tenían medios, y que la intención era que el empresario se sintiese seguro por el miedo que tenía de estar siendo vigilado.
Tras la declaración del coronel de la Guardia Civil que condecoró a De Aldama y otros tres agentes, este martes ha sido el turno de los otros cuatro identificados con los números 7, 9, 12 y 14 en el informe de la Unidad Central Operativa (UCO) en el que se analiza la actuación del comandante de la Guardia Civil, Rubén Villalba, investigado en esta causa y que estuvo destinado en la embajada de España en Venezuela.
Estos cuatro agentes han asegurado que ellos únicamente recibían órdenes y que estas se encuadraban dentro de la normalidad en una unidad de Información de la Guardia Civil como es la UCE2, dedicada a la lucha contra el terrorismo internacional.
Por tanto han asegurado que no llegaron a sospechar que algo estaba sucediendo cuando es habitual que se realicen determinadas funciones en los servicios de información, según han informado fuentes jurídicas presentes en la declaración.
En ese contexto de normalidad han enmarcado también el suministro de móviles a De Aldama y Koldo García, ya que se suelen proporcionar a los colaboradores del Cuerpo para asegurar sus comunicaciones, por lo que tampoco les levantó sospechas.
El agente que se los proporcionaba ha explicado que el precio de los teléfonos que se entregan a los colaboradores oscila entre los 20 y los 200 euros, que se pagaban en efectivo y que luego él se encargaba de reingresar el dinero en la cuenta de Rubén Villalba, quien a su vez recibía pagos por parte de De Aldama por ese suministro de móviles, a los que llamaban "cafeteras", que se han cifrado en 2.000 euros mensuales.
El propio Villalba aseguró a la UCO que ese pago era el recibido por la dotación de líneas seguras de comunicación para De Aldama y también para Koldo, quienes, según recoge el informe, cambiarían constantemente de móvil para no contaminarlos.
El informe de la UCO también se refiere a las inspecciones que por orden de Villalba hicieron dos agentes, que hoy han declarado, en el vehículo y el despacho de De Aldama para la detección de algún dispositivo de vigilancia, localización o captación de imagen y/o sonido.
Así, en julio de 2021, se realizaron aparentes labores de contravigilancia en la oficina de De Aldama en la calle de Alfonso X, que ellos mismos han calificado de "teatro" porque carecían de medios técnicos y de personal para hacerlo, tal y como declararon en su día ante la UCO y que recoge en su informe sobre Villalba.
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