Hallan los genes que dan sabor al tomate entre los 5.000 que hay identificados
Casi todos están de acuerdo en que los tomates comprados en la tienda no tienen mucho sabor, por no decir ninguno. Ahora, científicos del Servicio de Investigación Agrícola (ARS, por sus siglas en inglés) y el Instituto Boyce Thompson (BTI, por sus siglas en inglés), en Estados Unidos, pueden haber dado con la solución, según un artículo que acaba de publicarse en Nature Genetics.
Se puede comprar en rama, raff, ibérico o rosa, etc. Pero el caso es que el tomate, desde hace unos cuantos años no tiene sabor alguno.
Se perdió en la mejora genética
El sabor se perdió en la mejora genética. Por ejemplo, buscando producciones más grandes, tomates más resistentes y que necesitaran menos pesticidas, como explica a Telemadrid Félix Cabello, de Investigación Agroalimentaria IMIDRA.
Pero esto está a punto de cambiar porque los científicos han encontrado la clave. Entre los cinco mil genes que han identificado está el responsable del olor, el color y el sabor. Solo se encuentra en el 2% de las variedades cultivadas, pero en las de tomate silvestre, nueve de cada diez lo conservan.
El pangenoma del tomate
El biólogo molecular James Giovannoni, del Laboratorio de Investigación de Plantas, Suelos y Nutrición del ARS y el científico de bioinformática de BTI Zhangjun Fei, ambos en Ithaca, Nueva York, Estados Unidos, han terminado de construir el pangenoma del tomate cultivado y sus parientes silvestres, mapeando casi 5.000 genes previamente sin documentar.
Un genoma es un mapa biológico de los genes de un organismo y sus funciones. Pero un genoma generalmente es de una sola variedad, que luego actúa como un genoma de referencia para el resto de la especie. Este pangenoma incluye todos los genes de 725 tomates silvestres cultivados y estrechamente relacionados, que revelaron 4.873 genes que estaban ausentes del genoma de referencia original.
Base genética estrecha
Aunque los tomates cultivados tienen una amplia gama de variaciones físicas y metabólicas, ha habido varios cuellos de botella severos durante su domesticación y reproducción. Esto significa que los tomates de hoy tienen una base genética estrecha. El pangenoma ayuda a identificar qué genes adicionales más allá de la referencia podrían estar disponibles para la mejora de cultivos.
En los tiempos modernos, los criadores se han concentrado en rasgos como rendimiento, vida útil, resistencia a enfermedades y tolerancia al estrés, rasgos que han sido económicamente importantes.
Los tomates son muy consumidos con una producción anual mundial de 182 millones de toneladas, con un valor de más de 60.000 millones de dólares.
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