Este miércoles se han retomado las comparecencias en la asamblea sobre la presencia de amianto en el metro. Ha comparecido el ex consejero delegado, Juan Bravo, que ha asegurado que no sabía que había amianto en el suburbano.
Este miércoles, además, ha acudido a esa comisión la viuda de uno de los trabajadores fallecidos. Julián Martín tenía 61 años en el momento de su fallecimiento. 38 años trabajando en la nave de motores de Pacífico, en la calle de Cavanilles, fué el primero al que se le reconoció la enfermedad profesional
La viuda dice que su marido sólo era “un número”
Este miércoles su viuda, Eugenia Martín, ha estado presente en la Comisión de investigación de la Asamblea. Afectada pero tranquila ha escuchado las explicaciones del que fue consejero delegado del metro Juan Bravo quien ha dicho que nunca conoció que hubiese problemas con el amianto.
Eugenia Martín ha asegurado hoy que su marido "no era más que un número" para la empresa. En declaraciones a los periodistas en los pasillos de la Asamblea de Madrid, ha resaltado que "todo el mundo está eludiendo responsabilidades".
"En Metro nadie sabía nada de nada, nadie había visto nada, nadie sabe determinar quién puede ser el responsable de todo esto", ha subrayado.
Martín ha precisado que la compañía no le ofreció ningún tipo de ayuda y que a su marido le costó "sangre y sudor" que le dieran la baja por enfermedad profesional, porque "no querían reconocer que había amianto en Metro".
Ha apuntado que los empleados de la compañía han trabajado "con un material altamente tóxico" sin saber dónde estaba "porque ni siquiera lo sabía Metro".
Nueve días después de dejar su cargo se reconoció la enfermedad profesional de Julián. Eugenia ha estado acompañada por trabajadores del metro a los que ha querido agradecer el apoyo durante la enfermedad de su marido.
No se informó de la presencia de amianto
El exconsejero delegado de Metro de Madrid ha asegurado que nunca se informó de la presencia de amianto en el material móvil del suburbano ni tampoco se dijo nada al consejo de administración cuando se abordó y aprobó la venta de trenes al suburbano de Buenos Aires (Argentina).
Durante su intervención en la comisión de investigación sobre la presencia de amianto en Metro, Bravo ha señalado que sí era conocida su existencia durante la demolición de las antiguas cocheras de Plaza Castilla, por lo que se contempló el desamiantado de la cubierta de estas instalaciones durante estos trabajos.
También ha señalado que, según ha conocido posteriormente a su etapa como máximo responsable de Metro, se trasladó el 27 de noviembre de 2016 el primer diagnóstico médico sobre posible enfermedad profesional en un trabajador de Metro de Madrid, en referencia al empleado de mantenimiento de escaleras Santos Roldán (uno de los empleados con asbestosis por exposición al amianto), pocos días después de que dejara la compañía.
Bravo ha comentado en relación a las instalaciones físicas de la compañía que sí conocía la presencia de amianto cuando se solicitó la demolición de las antiguas cocheras de Plaza Castilla para construir en un futuro la nueva sede de la compañía, por lo que se licitó con unos pliegos de condiciones que contemplaban el desamiantado por valor de 1,6 millones.
Por otro lado, ha comentado que también se sospechaba que había amianto en algún tramo de las obras de mantenimiento y mejora del grueso del túnel de la línea 1 de Metro, algo que también estaba recogido en los pliegos de obras.
En cuanto a los trenes, Bravo ha comentado que "jamás nadie" le transmitió, ni desde el equipo directivo ni desde representantes de los trabajadores, que había "un problema" con el material móvil a raíz del amianto.