La Finca de Vista Alegre se podrá visitar todos los días a partir de septiembre
Anuncio de la presidenta Ayuso en la visita a las obras de remodelación
La presidenta regional Isabel Díaz Ayuso ha anunciado que la Finca de Vista Alegre se podrá visitar todos los días desde el mes de septiembre, de 10.00 a 20.00 horas.
La Finca de Vista Alegre es uno de los nueve parques históricos de la región. Las obras de remodelación se iniciaron hace un año. Más de 70.000 personas ya han visitado espacios tan emblemáticos como la Estufa Grande, el Baño de la Reina, el Palacio Viejo o la Plaza de las Estatuas.
Un poco de historia
Higinio Antonio Llorente, médico honorario de Cámara del rey Carlos IV comenzó a adquirir terrenos en el año 1803 junto al camino de Madrid a Carabanchel, hasta formar una finca de 2,22 Ha, sobre la que construyó una casa de campo para su recreo con huerta, pozo y estanque.
En 1808, tras la invasión francesa, el doctor Lorente huyó de Madrid a Cádiz y sus bienes fueron confiscados y subastados.
Una residencia real
En 1832 María Cristina de Borbón adquirió un establecimiento público situado en el camino de Carabanchel y Fuenlabrada. Durante los años siguientes compró propiedades a ambos lados de esta vía y, con el propósito de unirlas, desvió el camino por el norte, en lo que hoy es calle del General Ricardos.
En pocos años se levantaron caballerizas e invernaderos, se iniciaron las obras del Palacio Nuevo y se plantaron casi veinte mil árboles y arbustos que configuraron paseos y plazas. Se construyó una ría navegable y se diseminaron fuentes y pequeñas construcciones entre los bosquetes.
El marqués de Salamanca, en Carabanchel
Exiliada María Cristina, cedió la finca de Vista Alegre a sus hijas, la reina Isabel II y la infanta Luisa Fernanda. La finca fue adquirida en 1859 por José de Salamanca y Mayol, que hizo de ella el escenario de frecuentes fiestas y celebraciones. Tras la venta de su palacio de Recoletos, Vista Alegre fue su residencia habitual hasta su muerte en 1883.
En el año 1886 los herederos del marqués de Salamanca vendieron la finca al Estado Español para que fuese dedicada a la beneficencia, lo que obligó a realizar grandes reformas para la adaptación a los nuevos fines.
A su vez, los terrenos del jardín comenzaron a ser ocupados por edificaciones de nueva construcción que provocaron la fragmentación interna de la finca. Algunas de las edificaciones se acabaron convirtiendo en sedes oficiales y centros de formación.
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