Las obras en la estación de Chamartín siguen afectando tanto a viajeros madrileños como foráneos. También resultan molestas para los comerciantes de la estación y para los taxistas y sus clientes. Coger un taxi ahora mismo se complica.
Los viajeros de la estación que quieren coger un taxi se tienen que desplazar unos 500 metros hasta la parada y atravesar un callejón y pasando por escaleras y la pasarela peatonal. Un recorrido entre vallas de obra "hay que dar mucha vuelta", dice una de las viajeras.
Los taxistas también se quejan, "luego será para bien pero de momento muy mal". En el interior de la estación los viajeros buscan despistados la manera de llegar al baño o a las consignas "sobre todo lo más complicado es salir porque este suelo que han puesto dificulta mover la maleta".
Adif dice que subsanará los problemas y que las obras convertirán a Chamartín en una estación con más servicios, más sostenible y más eficiente.