La lavanda en flor perfuma la 'alcarria madrileña'

En la llamada 'Alcarria madrileña' un grupo de agricultores ha introducido el cultivo de lavanda como alternativa a los malos años de producción cerealística que vienen sufriendo.

Se retoma así el cultivo de plantas aromáticas, tradicional en esta zona, con el fin de convertirlo en un negocio rentable.

La localidad de Pezuela de las Torres se tiñe de morado en estas fechas y brinda un espectáculo natural para alegrar la vista y el olfato de madrileños y visitantes.

Cientos de hectáreas de campos de la localidad se cubren con el cultivo de lavandín, un híbrido entre lavanda y espliego, con el que se consigue un mayor rendimiento industrial.

El lavandín es más resistente, más productivo, da más flor y es más duradero que la propia lavanda.

Su imagen ha cambiado la fisonomía de los campos, pero también ha obligado a cambiar la maquinaria agrícola para favorecer su recolección.

Pezuela es, además, el único municipio de la Comunidad donde hay una destilería que convierte la flor de lavandín en aceite esencial. De una hectárea de flor se consiguen unos cien kilos de esencia.

El próximo sábado, día 15 de julio, se va a celebrar el 'Primer festival de la lavanda' en la localidad con motivo del inicio de la recolección.