A partir de los 65 años, los españoles se sienten discriminados por su edad. Los principales obstáculos a los que se enfrentan son los trámites burocráticos, como renovar el DNI, las limitaciones sanitarias y, en general, las gestiones a través de soportes tecnológicos.
Son datos del informe del Servicio Estatal de Atención a Personas Mayores (SEAM) en su primer año de funcionamiento, un servicio estatal y gratuito que busca mejorar la información y acompañar a los mayores ante situaciones de discriminación por razón de edad y que ha recogido más de medio millar de consultas y quejas.
Seis de cada diez personas que acuden a este servicio de orientación son mujeres y realizan consultas tanto sobre sí mismas, como sobre personas a las que cuidan (madres, abuelas, tías) o de su entorno (como vecinos).
Los tres principales motivos: prestaciones y servicios (36,1 %), brecha digital (26,1 %) y cuidados (10,6).Los mayores eligen el teléfono (900 22 22 22) de manera prioritaria para plantear estas cuestiones -el 94 %- y muy pocos el correo electrónico (www.servicioseam.es) o el chat.
Respecto a las edades, son las personas entre 75 y 79 años las que acuden más a la línea de atención; por comunidades, más de la mitad de las consultas proceden de la Comunidad de Madrid (25 %), Andalucía (21 %) y Castilla-La Mancha (11 %).
"Las administraciones no son amables en su lenguaje ni accesibles con los mayores; hay mucho edadismo también en servicios de consumo, como denegar una tarjeta de compra porque se tiene más de 70 años o limitar algunos bienes por la edad", ha explicado Isabel Martínez, presidenta de HelpAge Internacional España que gestiona este servicio.