Los riesgos de la basura espacial, malo para las futuras misiones
Dudan de que el bólido que atravesó el cielo de España el fin de semana sea un misil o un satélite artificial
La basura espacial es uno de los desafíos que de momento no se está regulando. Miles de objetos de diferente tamaño, desde varios metros a unos pocos milímetros, se encuentran orbitando la Tierra.
Restos de etapas de lanzamiento, sondas en desuso, fragmentos del impacto de naves o de las que han sido deliberadamente destruidas mediante misiles.
Varias redes monitorean estos escombros espaciales. Muchos acaban siendo atraídos por la gravedad de la Tierra y se consumen en la atmósfera dejando en ocasiones tu rastro fugaz visible por la noche.
Otros, en cambio, se quedan a diferentes alturas lo que condiciona la elevación de nuevas sondas e incluso puede poner en riesgo misiones automáticas y tripuladas.
En la Estación Espacial Internacional ya saben lo que son los avisos por proximidad de este tipo de objetos. En esos casos los astronautas se refugian en las naves acopladas a la EEI hasta que se descarta la amenaza.
En cualquier caso, el objeto que atravesó el cielo de España en el área mediterránea la noche del 30 de marzo no parece ser ni un misil ni un satélite artificial. Algunas informaciones señalan a un 'bólido rozador', un meteoro con menor velocidad y un ángulo distinto al de otros cuerpos similares.
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