Continua la instrucción judicial del caso de la boda sangrienta. Este lunes declaraban ante el juez de Torrejón de Ardoz dos de los ocupantes del coche que atropelló a varias personas a la salida de una boda el pasado mes de noviembre. El suceso se saldó con cuatro personas muertas y decenas de heridos, cuatro de ellos graves en el atropello múltiple provocado.
Micael, el presunto autor de la muerte de la cuatro personas y de dejar en estado grave a otros siete al envestirles con su coche, se encuentra en prisión.
Tiago e Israel, sus sobrinos que iban con él en el coche, han comparecido hoy en los juzgados, respondiendo sólo a las preguntas de su abogada y de la juez instructora.
Aseguran que el atropello en la boda de Torrejón no fue intencionado y que tanto ellos, como su primo y su tío, acudieron como invitados a la boda.
"Les pegaron y ellos huyeron del lugar. Nunca ha habido un intención de homicidio ni de asesinato", dice Paloma García, abogada de los investigados.
Según han declarado, su tío Micael estaba recibiendo una paliza. La respuesta más sorprendente en sus testimonios fue que intentó evitar el atropello.
Las acusaciones niegan categóricamente. Aseguran que su testimonio está construido y que se trata de una declaración repletas de mentiras.
"Han mentido como bellacos". Así lo dice Jaime Sanz de Bremond, abogado de las víctimas, quien señala que es "rotundamente falso" que no fuese intencionado el atropello. Lo "desmienten -dice- todos los testigos que han prestado declaración. Muy conscientemente aceleró, viendo a donde se dirigía su coche con la intención de atropellar".
Micael, sus dos hijos menores y sus sobrinos, fueron detenidos en Toledo. Según fuentes de la investigación intentaban deshacerse del coche y salieron huyendo.