Quince años después, las fuerzas de seguridad, servicios de emergencia y todos los madrileños dieron un ejemplo de solidaridad ante la mayor emergencia que hasta el momento había sufrido España: los atentados del 11-M.
En la retina quedan las imágenes colectivas como las de decenas de vecinos en pijama auxiliando a los heridos, autobuses convertidos en improvisadas ambulancias, taxistas llevando a heridos, cientos de ciudadanos que dejaron su trabajo o sus clases para donar sangre.
Una respuesta solidaria con la que Madrid dio ejemplo al mundo entero.