Bombardeada en el primer año de la Guerra Civil por la aviación alemana. El Pleno del Ayuntamiento de Madrid, con los votos a favor de Ahora Madrid y PSOE, ha aprobado este martes un plan para expropiar la casa de Vallecas fotografiada por el húngaro Robert Capa, símbolo de la Guerra Civil, y convertirla en un espacio cultural. El lugar albergará un museo sobre los bombardeos de la capital como centro de memoria.
Con la abstención del PP y la oposición de Cs, han aprobado la modificación del plan general de ordenación urbana (PGOU) de Madrid para esta parcela que la capital pretende expropiar por un importe de 500.000 euros. Una decisión que ha presenciado el especialista en el estudio de la historia contemporánea de España Ian Gibson, que ha mostrado su alegría por la protección de la casa del número 10 de la calle Peironcely de Madrid, que se convertirá en "un lugar vivo" y de aprendizaje.
El Ayuntamiento procederá al realojo de las familias que ocupan las 12 viviendas del inmueble, actualmente muy deteriorado, construido sobre una parcela de 495 metros cuadrados de superficie en el barrio de Entrevías.
Bombardeo alemán en Vallecas
En el año 2010 se identificó esta casa como la que Robert Capa había fotografiado como testimonio del ataque que la aviación alemana perpetró en aquellas calles de Vallecas a los pocos meses del comienzo de la Guerra Civil, en el otoño de 1936.
Después de que los propietarios de la casa pidiesen una licencia de demolición del edificio habitado por varias familias en condiciones precarias, en 2017 la Fundación Anastasio de Gracia inició una campaña bajo el lema #SalvaPeironcely10 para proteger ese lugar que Capa convirtió en un icono universal del horror de la guerra.
La Comunidad de Madrid desestimó convertirlo en Bien de Interés Patrimonial pero propuso al Ayuntamiento incluirlo en el Catálogo de Elementos Protegidos.
El estudio del edificio puso de manifiesto su interés como representante de un tipo de viviendas prácticamente desaparecido: las viviendas para las familias humildes nacidas al amparo de la Ley de Casas Baratas. El pasado julio se aprobó inicialmente la modificación del plan para catalogar el edificio y destinarlo al uso de equipamiento público, un plan que pasa por la expropiación de ser edificio en el que hoy, tal y como ha recordado Ian Gibson, viven entre goteras hasta 14 niños, que no pueden esperar más para tener una vida mejor.