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Unos 65.000 nidos de oruga procesionaria ha retirado en los últimos dos meses el Ayuntamiento de Madrid. Se trata de un insecto que puede provocarnos reacciones alérgicas y picores, especialmente si las tocamos. El consistorio ha concluido su tratamiento contra ellas especialmente en aquellas áreas con pinos y cedros.

Los últimos trabajos consisten en la retirada de los nidos de orugas de las copas de los árboles. Pero además hay otras actuaciones, como la colocación de anillos alrededor de pinos y cedros, como señala Antonio Morcillo, subdirector general de Conservación de Zonas Verdes.

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Los pájaros también juegan un papel fundamental, por eso se colocan cajas nido. Todo para evitar que las orugas lleguen al suelo y afecten a niños y mascotas, sobre todo a los perros para los que el roce con la oruga les puede provocar hasta la muerte.

Orugas procesionarias | TELEMADRID

El delegado de Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante, ha visitado este lunes el parque de El Paraíso, en el distrito de San Blas-Canillejas, donde se ha fumigado al insecto, un tratamiento que ha sido aplicada en un total de 3.306 ejemplares en Madrid.

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Este tratamiento se aplica generalmente en árboles que presentan dificultades para su accesibilidad, ya sea por su altura o por su ubicación dentro de patios interiores o zonas cerradas.

La retirada de los nidos de este insecto se lleva a cabo durante los meses de enero y febrero. Estos 'bolsones', que se encuentran en las copas de los árboles, en pinos y cedros, se retiran mediante tijeras de pértiga o plataformas de poda, siendo este tipo de actuación la que presenta una mayor efectividad en las tareas de eliminación del insecto.

Bichos urticantes

El Ayuntamiento recuerda que hay que evitar la manipulación de las orugas e, incluso, acercarse a ellas. La curiosidad que produce el comportamiento de estas procesiones, especialmente entre los más pequeños y las mascotas, puede hacer que se aproximen a estos insectos y los toquen, lo que puede producir lesiones en ojos, piel y mucosas debido al carácter urticante de las orugas.