Miles de personas asisten al ‘funeral del siglo’, para despedir a Isabel II

Tras un solemne y regio funeral al que han asistido más de 500 mandatarios de todo el mundo, el féretro de la reina Isabel II se desplaza desde la abadía de Westminster hasta el castillo de Windsor, en donde Isabel II será enterrada junto a su marido, el duque de Edimburgo, en la capilla de San Jorge. Allí se celebrará una última ceremonia religiosa.

El carro que traslada los restos de la reina recorre por las calles de Londres los 35 kilómetros que separan Westminster de Windsor, situado al oeste de la ciudad. A lo largo del recorrido, miles de personas han esperado durante horas para dar un último adiós a las que fue su reina durante 70 años.

Así ha sido el funeral

A las 7:30 hora española cerraba al público la capilla ardiente de Isabel II en el Salón de Westminster, la parte más antigua del Parlamento británico. Durante cuatro días, de manera ininterrumpida, más de 400.000 personas han rendido homenaje a su soberana, tras esperas de más de 14 horas y colas kilométricas.

En apenas 22 minutos el féretro de Isabel II ha sido trasladado del Parlamento a la Abadía de Westminster. El carruaje militar, ya utilizado para el funeral de su padre Jorge VI, ha sido escoltado por 142 miembros de la Marina Real. Tras él ,han desfilado el nuevo rey Carlos III ,acompañado de sus hermanos y de sus hijos.

Es el funeral del siglo, con la concentración de mandatarios mundiales más amplia que se recuerda. Isabel II va ya camino del castillo de Windsor para ser enterrada. Al funeral de Estado en Westminster han acudido mandatarios y miembros de casas reales de todo el mundo. Y con él han concluido 10 días de actos protocolarios.

Los reyes de España, junto a los reyes eméritos

El féretro entraba en la abadía de Westminster por la puerta lateral acompañada de toda su familia, con el rey Carlos III a la cabeza.

Más de mil asistentes esperaban dentro. Entre ellos, los reyes de España, Felipe VI y la reina Letizia, sentados junto a los reyes consortes, Juan Carlos I y doña Sofía.

El coro entonó las cinco frases que se han usado en todos los funerales reales desde principios del siglo XVIII, y el deán de Westminster recordó su dedicación a su pueblo y el amor a su familia.

Después sonó "El señor es mi pastor" en las voces del coro de la abadía, como también lo hizo en su boda con Felipe de Edimburgo. Durante el sermón, el Arzobispo de Canterbury, recordó que "todos nos enfrentaremos al juicio misericordioso de Dios". Y terminó con la frase "nos volveremos a ver".

Sonó en la abadía la misma música que acompañó su coronación en 1953. La primera ministra Liz Truss leyó un pasaje del Evangelio de San Juan. "Encomendemos a la gracia del señor el alma de nuestra difunta reina".

Terminó el oficio el Deán de Westminster desean "un descanso en paz en el paraíso" a la soberana. Tras estas palabras, se mantuvieron dos minutos de silencio respetuoso. Tras el silencio, sonó el himno británico.

El gaitero mayor de la reina tocó una composición tradicional "Duerme querida, duerme" ('Sleep , dearie, sleep').

El ataúd de la reina, a hombros de ocho soldados, ha abandonado la abadía. Detrás del féretro, el rey Carlos III y la reina consorte, Camila, seguida por la princesa Ana y su esposo.