Nueva tecnología de vanguardia en el Hospital Gregorio Marañón para tratar el ictus
El Hospital Gregorio Marañón atiende, cada año, a más de 700 personas que han sufrido algún accidente cerebrovascular. Ahora cuenta con una nueva tecnología para abordar su tratamiento.
La clave es ahorrar tiempo y reducir el impacto radiológico sobre el paciente, objetivos que se consiguen con esta tecnología de vanguardia.
Navegación 3D
Un sistema avanzado con herramientas para la navegación tridimensional que supone un salto en el tratamiento de enfermedades, según explica Fernando Fortea, jefe de Neurorradiología
Con las imágenes podemos ver, por ejemplo, la cariótida interna y un aneurisma- un bulto que sería la dilatación de una arteria cerebral. Con esta tecnología punta se logra que a través de una punción en la ingle se introduzca un catéter para sellarlo y evitar así una hemorragia.
Una inversión de 1,5 millones
El consejero de Sanidad, Enrique Ruíz Escudero, ha manifestado que la nueva sección cuenta con 460 metros cuadrados y tiene acceso directo desde urgencias y desde la calle Doctor Esquerdo.
La Comunidad de Madrid ha invertido 1,5 millones de euros en la nueva área de Neurorradiología del Hospital Gregorio Marañón, donde ha instalado un angiógrafo y un TAC de última generación, que lo convierten en uno de los centros punteros en España para el tratamiento del ictus.
El equipamiento cuenta con el angiógrafo biplano más avanzado para el diagnóstico y tratamiento del ictus, aneurismas y malformaciones arteriovenosas cerebrales, todo ello usando una mínima dosis de radiación.
Seguridad y precisión
Este sistema permite además al neurorradiólogo obtener dos imágenes simultáneas, en planos perpendiculares, ganando en seguridad y precisión, y reduciendo el tiempo de intervención.
El equipo TAC está dotado de exclusivas y novedosas herramientas para el análisis de pacientes de Código Ictus, que miden y comparan la falta de flujo sanguíneo al cerebro durante estos episodios.
Se trata de tecnología con ultra baja dosis radiológica, lo que consigue hasta un 82% de reducción de radiación ionizante al paciente.
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