La Organización de Consumidores (OCU) denuncia, mediante un estudio conjunto con otros países europeos, que la tinta empleada en el papel y el cartón de algunos envases alimentarios pueden dejar su rastro en la comida.
En el estudio han podido constatar que algunos de los envases analizados superaban la presencia de sustancias químicas recomendadas, algo que desconocen en su mayoría los consumidores.
Ante la noticia, reacciones de todos los tipos. Está quien dice que toda la vida ha sido así y que nunca ha pasado nada; está quien lo califica de “vergüenza”; y hay quien dice que, efectivamente, deberían informar, pero que no por eso van a dejar de comprar.
Desde la OCU advierten que en muchas ocasiones la tinta usada en los envases se traslada a los alimentos, lo que supone una mayor exposición a sustancias nocivas, pero no un riesgo inminente.