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El PP ha sufrido en este 28-A la mayor derrota electoral de su historia, a tan sólo 27 días de las autonómicas y municipales.

La culpa, según su líder, Pablo Casado, fue la fragmentación del voto de centro-derecha. Los 'populares' perdieron 3,7 millones de votos y 69 escaños, con respecto a los comicios de 2016, un hundimiento que lo sitúa por debajo del suelo electoral de la Alianza Popular de Manuel Fraga en 1986, cuando logró 105 escaños y el 25,97% de los votos.

Durante la campaña, Casado ya había hecho llamamientos al voto útil y había advertido de que el sistema de distribución de escaños podría perjudicar al voto de centro-derecha.

La estrategia de Casado, que ha radicalizado el discurso de los populares con la intención de evitar la fuga de votos a Vox a riesgo de perder a su electorado más centrado, no ha frenado la sangría ni por su derecha ni por su izquierda.

La debacle del PP es generalizada, puesto que no es la fuerza más votada en ninguna comunidad autónoma. Especialmente significativos son los resultados del País Vasco, donde no logra representación -tenía dos escaños- y su número tres, Javier Maroto, se queda sin acta de diputado; y en Cataluña, donde solo obtiene el escaño de su número uno por Barcelona, Cayetana Álvarez de Toledo. El único triunfo popular se produce en la ciudad autónoma de Melilla.

Con caras de resignación y tristeza los populares asumían el resultado electoral pero no tardaron en manifestar su estrategia cara al futuro: trabajar por la unión de las fuerzas de centro derecha.

Pablo Casado planteó a Cs y Vox que reflexionen “si ha merecido la pena este enfrentamiento sobre todo contra el PP” que ha derivado en la actual fragmentación. Como hay unas elecciones en apenas un mes, el líder del PP vio el momento para incidir en la necesidad de que los votantes unan el voto y “se den cuenta de que la fragmentación solo ha favorido un Gobierno del PSOE”.

Prometió apoyar a sus candidatos autonómicos y municipales en las próximas elecciones con la intención de “demostrar que éste sigue siendo un gran partido que se crece ante las dificultades” y “convencer a los españoles de que seguimos siendo la mejor opción para el futuro de sus familias y para España”.

García Egea cree que Casado necesita tiempo

Este lunes, el secretario general del PP, Teodoro García Egea, ha asegurado que, tras los resultados de las elecciones, "a partir de hoy, durante cuatro años, el líder de la oposición se llama Pablo Casado" por lo que ha garantizado la continuidad del líder popular pese la debacle electoral. García Egea ha dicho que el PP va a hacer "autocrítica" en la reunión del Consejo Ejecutivo Nacional de este martes, y se pondrán a trabajar ya con la vista en las elecciones de mayo.

Ha asegurado que Casado goza de "amplia confianza" dentro del PP y que ahora la formación se concentra en trabajar por las municipales y autonómicas del 26 de mayo.

"Hoy hemos hablado con total normalidad con los barones territoriales, los presidentes autonómicos y provinciales y también con algunos alcaldes. A partir de mañana, todos con la vista puesta en las autonómicas y municipales", ha agregado.