Dos mujeres pedían auxilio desde una ventana cercadas por las llamas en La Latina. Su vivienda se había incendiado y a la llegada de dos agentes de la Policía Nacional, no se lo pensaron dos veces y forzaron las rejas de la ventana con el gato del coche.
El bajo del edificio comenzó a arder de madrugada en la calle Ampelido, posiblemente por una vela encendida. Las rescatadas, que se recuperan en el hospital, vivían subarrendadas y les habían cortado la luz.
La llegada de Raúl y Daniel, miembros del cuerpo de seguridad, no esperaron a los bombreros. Su actuación fue providencial, sabían que era cuestión de segundos. Tampoco estaban solos, la ayuda del vecindario fue decisiva.