Tal y como se esperaba, los Presupuestos Generales del Estado de 2022 han superado este jueves su primer escollo parlamentario con el rechazo de los vetos presentados por los grupos de la oposición y afrontan ahora el trámite de las enmiendas parciales con el reto de afianzar los apoyos que han sumado hasta ahora.
Las cuentas públicas del Ejecutivo habían recibido siete enmiendas a la totalidad -presentadas por PP, Vox, Ciudadanos, JxCAT, CUP, Foro Asturias y Coalición Canaria- que han sido rechazadas con 188 votos en contra, frente a los 156 a favor.
Los grupos que han facilitado la tramitación de las cuentas -los mismos que apoyaron los Presupuestos de 2021, a los que este año se ha sumado el BNG- han advertido a lo largo de los dos días de debate que el hecho de permitir la tramitación del texto no presupone su apoyo en la votación final.
Así, a partir de ahora arranca la negociación de las enmiendas parciales, un trámite en el que el Gobierno aspira a reeditar, al menos, los apoyos conseguidos en las cuentas de 2021, que fueron aprobadas en el Congreso con los votos de once partidos (PSOE, Unidas Podemos, PNV, ERC, EH Bildu, PDeCAT, Más País, Compromís, Nueva Canarias, Teruel Existe y el PRC.
La segunda jornada del debate se ha movido este jueves en un ambiente calmado frente al debate bronco del miércoles, en el que los grupos que pretendían tumbar las cuentas clamaron contra unos presupuestos que, aseguraron, amenaza con llevar a España a la ruina.
Entre los tradicionales socios del Gobierno, el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, ha advertido al Ejecutivo de que todavía "depende de los mismos para las mismas cosas" y, por ello, le ha instado a rebajar la "soberbia" porque no habrá acuerdo hasta "convertir estos Presupuestos en algo un poquito mejor".
En ese mismo sentido se ha pronunciado la diputada del PNV Idoia Sagastizábal, quien ha asegurado que todavía "falta un buen trecho para acordar los Presupuestos", una negociación que en el trámite de enmiendas parciales pasará por avanzar en la denominada "agenda vasca" e incrementar las inversiones en el País Vasco.
Del mismo modo, el portavoz de EH-Bildu Óskar Matute ha señalado que el Gobierno "deberá ganarse" sus votos con un buen acuerdo en materias económicas y sociales "que mejore la vida de los vascos", porque el rechazo a los vetos no es un "cheque en blanco".
Desde el Gobierno, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha mostrado su disposición al diálogo siendo consciente de que no tiene "un cheque en blanco" del resto de partidos, sino que debe "sudar la camiseta" para lograr sus apoyos, algo que confía en hacer en las próximas semanas. En cualquier caso, ha añadido, el proyecto de Presupuestos "no agota la capacidad legislativa del Gobierno ni la legislatura", ya que muchas "aspiraciones" de los partidos tendrán que incluirse en otras leyes como la reforma laboral, la ley audiovisual o la concursal.
Los partidos que conforman el Gobierno de coalición, PSOE y Unidas Podemos, han puesto en valor el proyecto, que el portavoz socialista, Héctor Gómez, espera que impulsen la recuperación económica, con especial atención al tejido productivo, los pensionistas o los jóvenes.
Desde Unidas Podemos, el portavoz Jaume Asens ha agradecido a los grupos que "han optado por avanzar" y ha considerado que estos Presupuestos son "el mejor ejemplo de que la coalición está en plena forma", al tiempo que funcionan como "cordón sanitario" contra Vox.
En su última intervención, Montero ha animado al resto de grupos parlamentarios a participar en la construcción de un "proyecto colectivo" de país que avance en el "progreso, la igualdad de oportunidades y la justicia social", porque en ese objetivo "no sobra nadie". En cambio, ha considerado que decir que "no" a estas cuentas significa "boicotear" la construcción de ese nuevo país, porque, ha alertado, "cuantos más instrumentos para perseguir esa recuperación justa mucho mejor".