Madrid da un paso al frente y endurece su lucha contra el acoso escolar. Los profesores deberán denunciar ante cualquier indicio de violencia en las aulas y, si no lo hacen, los centros tendrán que informar a la Fiscalía del Menor. Los alumnos que callen también cometerán faltas graves. Así lo recorre el borrador del nuevo decreto regional.
La nueva norma pone el foco en los profesores, que tendrán la obligación de denunciar los casos de acoso. Si no lo hicieran, se podría considerar una dejación de funciones y el centro educativo deberá informar junto con todo el caso a la Fiscalía del Menor y a la Dirección del área territorial de Educación. Los docentes podrían llegar a ser sancionados.
Esta obligación también se extiende al personal administrativo y de servicios, como los empleados de comedor o los trabajadores de limpieza. Los estudiantes que conozcan casos de acoso o sean testigos de agresiones deberán comunicarlo a la dirección del centro también. No hacerlo podría puede suponer una falta grave para los alumnos, castigado con hasta la expulsión de clase durante cinco días.
La dirección del centro, además, tendrá autoridad para requisar teléfonos móviles u otros dispositivos utilizados para atentar contra la intimidad de las personas o el derecho a la propia imagen.
Todas estas medidas se suman a las puestas en marcha desde 2007 para luchar contra el acosos escolar. El nuevo decreto de convivencia estará en vigor en las aulas en el curso 2019-2020.