Las mascarillas forman parte de nuestra piel y de nuestro presupuesto familiar. Y es tal el desembolso que supera al de otras partidas ineludibles de nuestras cuentas como la factura de la luz, a la que destinamos 75 euros al mes.
Por ello, las mascarillas pueden provocar un cortocircuito en muchas economías familiares ya que según la OCU destinamos hasta 150 euros (70-150€) mensuales.
Y si entre ellas han comprado de tela puede que hayan tirado el dinero. Porque empiezan a desaconsejar su uso, es el caso de algunos hospitales vascos.
Dentro del protocolo Covid del País Vasco, al llegar a un hospital a los pacientes se les toma la temperatura y comprueban en qué condiciones está la mascarilla, si la ven deteriorada le ofrecen una quirúrgica.
Las mascarillas de tela puede que no sean suficientes y por eso en los hospitales le invitan a cambiarla por una quirúrgica para evitar que el virus entre en el hospital. Toca paciencia y seguir las recomendaciones del fabricante para ir protegidos.