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El gobierno de Sánchez ha vuelto a dejar en el aire, este viernes, sus planes para hacer permanente el impuesto a las energéticas y se abre a rediseñarlo.

Lo hace después de las amenazas de algunas empresas como Repsol de llevarse sus inversiones fuera de nuestro país y también del PNV, en desacuerdo con esta figura impositivo han llevado al ejecutivo a hablar de rediseñar el impuesto.

Por su parte, Sumar censura que no se plantee su permanencia en el tiempo.

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La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, ha explicado que el impuesto sobre los beneficios de las empresas energéticas se diseñó en un momento "extraordinario" y puede que en la actualidad "no reúna los requisitos" para ser permanente, por lo que aboga por su reforma.

"Ya no se trata de una solución puntual, sino de algo que está pensado para que dure más en el tiempo", ha indicado Ribera en declaraciones a la Cadena SER recogidas por Europa Press. Las palabras de Ribera se alinean con las del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, quien confirmó que se está trabajando en el "rediseño" del tributo.

Eso sí, la ministra ha aseverado que en ningún momento ha oído a nadie decir que el impuesto se vaya a suprimir. "No he hablado de quitar nada, he hablado de hacer las cosas bien", ha matizado Ribera.

El impuesto vigente grava con el 1,2% la facturación obtenida en aquellas empresas con ingresos superiores a 1.000 millones de euros, excluyendo los negocios regulados y actividades fuera de España y extra peninsulares. El acuerdo entre PSOE y Sumar para formar Gobierno recogía la prórroga del gravamen extraordinario para empresas energéticas y la banca, con vigencia para este año y el siguiente.

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La vicepresidenta ha defendido que hay que estudiar como acoplar un impuesto que fue diseñado tomando como referencia los beneficios extraordinarios de estas empresas en un momento en el que aumentaron considerablemente por la subida de los precios energéticos.

Además, apunta Ribera, también hay que meter en la ecuación la transformación del sistema energético y la transición energética, que necesitará de una inversión "masiva" en los próximos años en redes, electrificación, eficiencia o energías renovables.

"Creo que nuestro compromiso es ser equitativos en cuanto a que quien tenga más pueda aportar más y asegurar el objetivo de política económica, ecológica y social clave, que es que se dedique una parte de los recursos del sector privado a facilitar esa transición", ha apostillado.