El Supremo revoca por prematuro el tercer grado de los condenados por el 'procés'
El Tribunal revoca también la aplicación de la semilibertad del artículo 100.2 por su falta de conexión con un proceso de reinserción
Pere Aragonés y los condenados atribuyen a "la venganza" la revocación del tercer grado
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REDACCIÓN / AGENCIAS
El Tribunal Supremo ha acordado revocar el tercer grado penitenciario concedido por el departamento de Justicia de la Generalitat de Cataluña a los 9 condenados por sedición en la causa del 'procés' independentista, al considerar que se trata de una medida prematura. Igualmente ha anulado la aplicación a todos ellos de las medidas de semilibertad que disfrutaban en aplicación del artículo 100.2 del régimen penitenciario por no estar dirigidas a un proceso de reinserción.
Las medidas no llegaron a hacerse realidad para la mayor parte de los líderes independentistas, ya que quedaron en suspenso tras los respectivos recursos interpuestos por el Ministerio Público con excepción del 100.2 para Carme Forcadell y Dolors Bassa, que ahora dejarán de disfrutarlas.
Para el Supremo, es preciso que transcurra un periodo de tiempo mayor para evaluar adecuadamente la evolución del interno y el tratamiento penitenciario, máxime cuando se trata de condenas elevadas (de 9 a 13 años de cárcel) de las que ninguno ha cumplido la mitad, y la mayoría ni siquiera una cuarta parte.
El pasado mes de agosto, la Fiscalía recurrió el tercer grado que la juez de vigilancia penitenciaria avaló respecto a los siete presos varones que cumplen la pena en la cárcel de Lledoners. El juzgado dejó el tercer grado en suspenso y desde entonces el exvicepresident Oriol Junqueras y los exconsejeros Raül Romeva, Joaquim Forn, Jordi Turull y Josep Rull y los líderes sociales Jordi Sánchez y Jordi Cuixart dejaron de poder salir en régimen de semilibertad a trabajar o a hacer labores de voluntariado como estableció la junta de tratamiento de la prisión y autorizó el juzgado.
En cambio, la Fiscalía también recurrió el régimen penitenciario que permite a Carme Forcadell y Dolors Bassa dormir cuatro noches en prisión y salir a diario, pero el juzgado de vigilancia penitenciaria que les afecta no aceptó aplicar una suspensión cautelar en este caso. Por tanto, seguían disfrutando hasta ahora del tercer grado.
La Sala estima estos recursos de apelación de la Fiscalía contra el progreso a tercer grado penitenciario concedido por la Generalitat y también en relación a la aplicación a estos internos del artículo 100.2 del Reglamento Penitenciario, que suponía también un régimen de semilibertad, y que les deniega, reiterando los argumentos que dio respecto a Carme Forcadell el pasado mes de julio, por la falta de conexión de un programa de tratamiento de ese tipo con un proceso de reinserción de los delitos cometidos.
El tribunal que ha dictado los autos está formado por Manuel Marchena (presidente y ponente), Andrés Martínez Arrieta, Juan Ramón Berdugo, Antonio del Moral, Andrés Palomo y Ana Ferrer. En su autos recuerda que "ninguno de los acusados en este procedimiento ha sido condenado por perseguir la independencia de Cataluña" y se remite a los hechos declarados probados y a su fundamentación jurídica, en la que se encuentran las claves para explicar la gravedad delos hechos sentenciados y su efecto demoledor para la convivencia democrática. Su detenida lectura descarta cualquier quiebra del principio de proporcionalidad".
La mayoría de los presos independentistas han atribuido la revocación del tercer grado penitenciario a los presos del "procés" por parte del Tribunal Supremo a su supuesto deseo "de venganza" contra el independentismo catalán.
El líder de ERC y exvicepresidente del Govern, Oriol Junqueras, ha indicado a través de su perfil en Twitter que "el Tribunal Supremo dicta venganza de nuevo". Otro exconseller preso, Jordi Turull, ha afirmado que "el escarmiento, la venganza de Estado y la aplicación del derecho penitenciario del enemigo no dejan ningún margen para las sorpresas". Por su parte, Josep Rull ha indicado en las redes sociales: "al TS no le preocupa ni la justicia ni los derechos civiles, solo el escarmiento", y ha añadido que "la revocación del tercer grado es un castigo político, por nuestra ideología".
El exconseller Raül Romeva sostenía a través de un mensaje en Twitter que "el Supremo ha vuelto a dictar sentencia y, poco a poco, este Estado se va convirtiendo en una gran cárcel, una democracia fallida que están creando ellos mismos".
La expresidenta del Parlament Carme Forcadell, calificaba en Twitter de "vergonzosa la falta de respeto hacia nosotras y nuestras familias".
El presidente de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart, ha apuntado en su perfil en Twitter: "no lo olvidemos, los presos y exiliados no somos la visualización de ninguna derrota" y ha añadido que "hoy más que nunca amnistía y autodeterminación, serenidad, coraje y ni un paso atrás. ¡Viva Cataluña libre!".
El expresidente de la ANC, Jordi Sànchez ha señalado que "la tenacidad del Estado y el Tribunal Supremo por ahogarnos es constante y previsible, ninguna sorpresa, retuercen la ley, cambian jurisprudencia, destrozan garantías penales y derechos", porque "España lo vale", y aquí, mientras tanto, aún buscamos el hilo perdido que nos hizo tan fuertes el 1-O".
El vicepresidente de la Generalitat de Cataluña, Pere Aragonès, ha acusado al Tribunal Supremo de "persistir en su sed de venganza". "No es nada más que una venganza política y las cuestiones políticas se tienen que resolver políticamente", ha señalado en rueda de prensa.
El vicepresidente de la Generalitat ha insistido en la "necesidad" de una Ley de amnistía, que ha descrito como una solución política que para él debe culminar en un referéndum de autodeterminación en Catalunya. "No nos pararán con el Código Penal", ha advertido Aragonès, que ha reivindicado más democracia y voluntad política ante una decisión que considera injusta.