Toallitas, productos de higiene íntima femenina, bastoncillos para los oídos. Son algunos de los productos que jamás deberíamos arrojar por el inodoro porque son altamente contaminantes. También tiramos, mal hecho, lentillas: dos millones y medio de personas las usan en España. Al tener plástico acaban dierctamente en nuestros ríos y océanos. Así lo recoge un estudio presentado por la Sociedad Química Americana.
Las lentes son más densas que el agua, con lo que se hunden y pueden suponer una amenaza para la vida acuática, sobre todo, para los animales que se alimentan en el fondo marino y de los ríos, que pueden ingerirlas.