La amenaza de un grupo de vocales conservadores del Consejo General del Poder Judicial de torpedear la renovación del Constitucional coloca al Poder Judicial al borde de una nueva crisis institucional, que salpica ya personalmente a su presidente Carlos Lesmes, mientras se trabaja a contrarreloj por alcanzar un consenso para evitarlo.
Todo ello, en la víspera del acto de apertura del año judicial más tenso que se recuerda, que el rey Felipe VI presidirá ante la alta magistratura del país, que en los últimos días asiste atónita al último episodio que amaga con enquistar, más de lo que está ya, la situación institucional de la Justicia en España.
A la insólita situación en el Consejo General del Poder Judicial, que avanza hacia su cuarto año en funciones, se suma a la ecuación la renovación de cuatro magistrados del Constitucional, dos por parte del Gobierno y dos por el Consejo, donde un grupo de vocales conservadores maniobran para dificultar o boicotear, según fuentes consultadas por Efe, el nombramiento de los dos magistrados en el pleno del próximo jueves que se ha consagrado exclusivamente a desatascar esta situación.
Sobre el terreno, Lesmes trabaja contrarreloj para alcanzar un consenso en el seno del Consejo aunque no tanto con la idea de lograrlo en este pleno extraordinario sino antes del 13 de septiembre, que es cuando vence el plazo fijado por la ley. Vocales del Consejo afirman: los contactos y reuniones son diarios.
En la magistratura reina el pesimismo por mucho que Lesmes asegurase ayer que "sobran magistrados" del Supremo que quieran ir al Constitucional, saliendo al paso de las informaciones que sacan a la luz los supuestos problemas para encontrar a un magistrado conservador que se postule para el tribunal de garantías que, una vez culmine esta renovación, tendrá una mayoría progresista.
Lesmes tiene razón a medias, porque magistrados dispuestos a ir al Supremo hay muchos, pero no tantos de perfil conservador, reconoce a Efe un antiguo magistrado del alto tribunal, que admite que antes ir al Constitucional era la culminación de la carrera de todo magistrado en el Supremo, pero el momento lo marca todo.
A nadie se le escapa que se va a producir un cambio de mayorías, de ahí que algunos consideren que vayan a acabar en la irrelevancia en caso de ir al tribunal de garantías, añade esta fuente que apunta a que las opciones conservadoras se están agotando en el Supremo.
No lo ven así desde el Consejo. Vocales consultados por Efe afirman que "sobran magistrados de un lado y del otro" y rechazan de plano que se produzca una vendetta para boicotear los nombramientos. "Estamos vinculados por la ley y un vocal no puede decir que no hace nombramientos", señalan.
Estos vocales alertan de la "toxicidad" de los últimos días para enrarecer el ambiente ya que la designación de los magistrados "es una obligación legal a cumplir". "Una cosa es que haya más o menos consenso, eso entra dentro de la discrecionalidad, otra bien distinta es lanzar un órdago y eso no creo que lo hagan", añaden.
El último movimiento en el tablero de ajedrez salpica directamente a Carlos Lesmes, que ayer mismo convocó a los medios para decir públicamente que no quiere ocupar una de las plazas vacantes en el Constitucional, hasta el punto de asegurar que quien diga que su aspiración es llegar al TC "miente interesadamente".
Visiblemente molesto con las informaciones publicadas sobre sus supuestas aspiraciones y el posible boicot de los vocales conservadores, Lesmes dijo que son movimientos para hacerle "tambalear" en su exigencia de que se cumpla la ley y el Consejo designe a sus candidatos.
Mientras tanto, desde el Gobierno son cautos en cuanto a los escenarios futuros y no desvelan qué camino tomarán en caso de que el CGPJ no nombre a sus dos magistrados antes del día 13.
Fuentes próximas al Ejecutivo confían en que se alcance un consenso, si bien tampoco se sorprenderían en caso de un incumplimiento de la norma, habida cuenta del bloqueo permanente en el CGPJ y la hipótesis de agotar la legislatura sin acuerdo.
Con todo, las fuentes añaden que la idea es no precipitarse y esperar a cómo se suceden los acontecimientos en el Consejo para no contribuir a desatar una nueva crisis institucional.
En un anticipo de lo que será su discurso del miércoles, Lesmes subrayó que "la situación de la Justicia española es absolutamente desoladora" y todo apunta a que se agravará a la vista de su respuesta sobre si vislumbra un acuerdo entre PSOE y PP para renovar el Consejo: "A día de hoy no albergo ninguna esperanza".
Así lo trasladará en su discurso del Año Judicial en presencia de un nutrido grupo de magistrados del Supremo, cada vez más menguante habida cuenta de las jubilaciones que se van produciendo sin posibilidad alguna de cubrir, ante la ley que impide al CGPJ hacer nombramientos.
Y en el Supremo, según las fuentes, no cunde la desesperanza sino el "hastío" y el "enfado", una situación que se ha magnificado más aun tras la última reforma que devolvía al Consejo la competencia para realizar nombramientos en el TC pero no así en el Supremo.