Vídeo: AGENCIAS/EFE | Foto:Telemadrid
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La matanza de El Paso, sumada a la de Ohio, acorralan a Donald Trump por sus acostumbradas proclamas antiinmigración. El presidente intenta esquivar los golpes rechazando el odio y repitiendo el argumento de la enfermedad mental.

"El odio no tiene cabida en nuestro país y nos encargaremos de eso. Pero también es un problema de enfermedad mental. Si se observan estos dos casos, eran enfermos mentales, personas que están muy muy enfermas mentalmente", ha señalado, en un intento de acallar las voces críticas.

Control de armas

No obstante, el presidente Donald Trump no dudó en volver a culpar a los medios de comunicación por "la ira y la furia que se han ido acumulando por muchos años" en el país. Tras lo cuál, afirmo que "republicanos y demócratas deben unirse y aprobar estrictos controles de antecedentes" de las personas que compran armas de fuego, y añadió que "quizá esto podría enlazarse con la reforma de las leyes de inmigración que necesitamos desesperadamente".Mientras, las autoridades federales ya han anunciado que tratarán el tiroteo en Texas como un acto de "terrorismo doméstico", mientras que aún están investigando la motivación del ocurrido en Ohio.

Criticas demócratas

Algunos dirigentes demócratas han responsabilizado a Trump de crear el clima propicio para los tiroteos de este fin de semana.

La presidenta del Partido Demócrata de Florida, Terrie Rizzo, señaló el domingo en una declaración que "estas tragedias nos siguen recordando por qué no podemos esperar ni un minuto más para acabar con la violencia armada, el odio y el racismo en nuestras comunidades".

"Tenemos un problema de terrorismo nacionalista blanco empeorado por un presidente (Donald Trump) que normaliza el nacionalismo blanco. Tenemos un problema con las armas empeorado por la Asociación Nacional del Rifle y por los políticos desalmados que se oponen a enfrentarse a esta asociación", dijo Rizzo.