De la matanza en la isla de Utoya, en Noruega, sólo unos pocos pudieron escapar al terror del doble atentado cometido por el ultraderechista Anders Breivik con un resultado de 77 muertos.
De ellos, 69 eran jóvenes que participaban en un campamento de las Juventudes Laboristas en la isla. Las otras 8 víctimas, lo fueron de un coche bomba que el terrorista hizo explotar en el centro de Oslo. Este jueves, en que se cumplen 10 años de aquel horror, Noruega recuerda a todas las víctimas.
Lo ha hecho con una misa en la catedral de Oslo y una ofrenda floral en el monumento en recuerdo de las víctimas. Así Noruega ha conmemorado los 10 años del atentado de Utoya donde 77 personas fueron asesinadas.
Una nación golpeada
“No fue sólo un ataque a un movimiento político, toda una nación fue golpeada. Noruega cambió por una experiencia que aún causa dolor", ha señalado la primera ministra noruega Erna Solberg.
Fue un 22 de Julio de 2011 cuando una furgoneta explotó en el centro de Oslo causando ocho muertos.
En medio del caos, el autor del atentado, el extremista Ander Breivik se traslada a la isla de Utoya donde más de 600 jóvenes del partido laborista celebran un campamento de verano. Allí vestido de policía comienza un tiroteo. Los jóvenes intentan huir por tierra y mar. Tras una cacería por la isla acaba con la vida de 69 jóvenes, antes de rendirse.
Heridas abiertas
Han pasado diez años, pero las heridas siguen muy presentes en la sociedad escandinava. “El extremismo de extrema derecha sigue vivo ", ha asegurado la líder de la Juventud Obrera. “El terrorista era uno de los nuestros”.
Breivik fue condenado a 21 años y nunca se ha arrepentido de lo que hizo.