Ocurrió hace dos años, el 15 de septiembre de 2019. Un conductor kamikaze hizo un giro en la M-50 y empezó a conducir de madrugada en sentido contrario bajo los efectos del alcohol. El resultado fue una colisión que produjo la muerte a un joven de 21 años.
Dos años después ha comenzado este viernes el juicio en la Audiencia Provincial. Kevin, el conductor del coche que embistió al del fallecido se enfrenta a 15 años de prisión. La clave estará en si se califica de homicidio o de conducta imprudente.
Dice la defensa que Kevin no es un homicida, sino que “cometió la imprudencia bajo los efectos del alcohol” y considerarían adecuada una pena entre dos y cuatro años de cárcel. “Es un acto incorrecto, es el responsable, de la muerte, sí, de forma imprudente”, dice el abogado del acusado Jorge Muñoz.
Por su parte la Fiscalía y la acusación particular piden para Kevin 15 años de prisión por homicidio, conducción temeraria y un delito contra la seguridad vial.
Sabía que podía matar a alguien
La acusación particular pretende demostrar que Kevin sabía perfectamente lo que hacía, que cuando condujo en dirección contraria y embistió el coche de Víctor, la víctima lo hizo de forma voluntaria. “Una persona que coge el coche con drogas y alcohol y conduce de forma temeraria en dirección contraria se puede imaginar lo que va a suceder, que haciendo lo que hacía podía matar a alguien”, dice Bárbara Arroyo, abogada de la familia.
Un jurado popular de 9 personas determinará la pena para el conductor kamikaze. La Fiscalía y la defensa de la familia de Víctor piden 15 años de prisión, mientras que el abogado de la defensa considera justa una pena de 2 a 4 años.
El juicio llega justo dos años después de que ocurriera la fatal colisión, el 15 de septiembre de 2019. Se espera que el juicio dure dos semanas.