Una niña de un año iba sola y perdida en pañales y descalza por una calle en Milwaukee, cuando la conductora de autobuses municipales Irene Ivic se la cruzó en Mitchell Street, la calle más grande de Wisconsin.
Le salvó la vida por las bajas temperaturas que alcanzan los -5ºC.
La madre había dejado que la pequeña saliera de casa debido a problemas de salud mental que han obligado a los servicios sociales a poner a la niña bajo la custodia del padre.
Cuenta Irene que la niña estaba fría, la recogió, la abrazó y se metió con ella en el autobús. Tan relajada quedó la pequeña que se durmió en los brazos de su cuidadora ocasional.