Así nos cambió la vida hace 365 días el confinamiento por el coronavirus
ESPECIAL: Un año de Covid en Madrid
Este fin de semana se cumple un año del momento en el que cambió nuestra vida, la declaración del estado de alarma.
De un día para otro, las calles se vaciaron. Había que quedarse en casa y nuestro único contacto con el exterior era a las 8 de la tarde en los balcones, donde homenajeábamos a quienes se batían contra una enfermedad de la que entonces no se sabía nada.
Aquel día Pedro Sánchez decretó el estado de alarma como medida excepcional para poder establecer limitaciones de movimiento o restringir determinadas actividades.
Ante la incertidumbre, los españoles se echaron en masa a los supermercados, vimos colas interminables para comprar productos básicos y las estanterías se quedaron vacías, sobre todo de papel higiénico. Nada ha vuelto a ser igual, de momento.
Ciudades fantasmas
Las calles se vaciaron convirtiéndose en fantasmas y nos lanzamos desesperados a por víveres y papel higiénico.
Se encendían los ordenadores y se apagaban las tiendas. Niños encerrados, clases on line y tutoriales para hacer pan. Las harinas se agotaron.
Todos en chándal y a quedarse en casa. Muchos cogiendo peso, inevitablemente. Otros cambiando hábitos y aprendiendo nutrición saludable.
Poco a poco, la pena y el miedo del rostro se disimulaba con una mascarilla, que aún no nos hemos podido quitar.
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