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La mayoría de ciudadanos de países de la Unión Europea (UE) solo podrán viajar al Reino Unido con pasaporte a partir de este viernes, cuando el Gobierno británico deja de admitir los carnés de identidad nacionales como documento de viaje.

Este cambio, anunciado inicialmente en octubre de 2020, significa que las personas procedentes de la UE así como del Espacio Económico Europeo (EEE) y Suiza recibirán el mismo trato en la frontera que los viajeros del resto del mundo, que ya deben presentar un pasaporte válido.

La excepción a esta norma son los ciudadanos comunitarios que tienen el estatus de asentado (que llevan al menos cinco años en el Reino Unido) o preasentado (menos de ese periodo), quienes podrán continuar utilizando el DNI hasta al menos 2025.

Los agentes de aduanas británicos pueden empezar a denegar desde este 1 de octubre la entrada a quienes no presenten un pasaporte en vigor, si bien conservan el derecho a ejercer "su criterio" en determinados casos, se apunta en un comunicado.

En la nota, la ministra conservadora del Interior, Priti Patel, asegura que los carnés de identidad son uno de los documentos más falsificados y, el año pasado, más de la mitad de papeles falsos interceptados en la aduana eran DNI de la UE, EEE y Suiza. "El Reino Unido tiene una orgullosa historia de ser abierto al mundo" y el Gobierno actual "continuará esa tradición", mantuvo Patel. "Sin embargo, debemos atajar a los criminales que intentan entrar a nuestro país ilegalmente usando documentos falsos", añade.

Al poner fin a los carnés nacionales de identidad "inseguros", se cumple "la prioridad del pueblo británico de recuperar el control de las fronteras" y reforzarlas, mantiene la ministra. "Hacemos esto como parte de nuestro nuevo plan de inmigración, que será firme con quienes intenten abusar del sistema y justo con aquellos que respetan las normas", añade.

El efecto del Brexit sigue afectando la economía del país

Por más que Gobierno y empresas insisten en que se está recuperando la normalidad, el desabastecimiento, lejos de arreglarse se agrava en el país.

Como consecuencia del brexit, falta mano de obra en sectores como la carnicería, la hostelería y el sector del transporte y este último está afectando a la logística y a los consumidores.

Los transportistas advierten que la burocracia en la aduana entre Europa y el Reino Unido retrasa, complica y encarece el transporte de suministros lo que se deja notar en gasolineras, farmacias e incluso en el suministro de bebidas gaseosas.