Hasta 2.500 personas visitan, cada el día, el Parque Warner. Ahora en verano, las atracciones preferidas suelen ser las acuáticas. Por eso, revisar los toboganes y los tubos de agua es fundamental para garantizar la seguridad de todos los visitantes. Una labor que realizan justo antes de abrir las puertas.
Dos técnicos de mantenimiento comprueban el Superman, uno de los toboganes acuáticos del parque Warner, sujetos con cuerdas y arneses se cuelgan por la estructura, una labor diaria que efectúan en todas las atracciones para garantizar la seguridad. Su trabajo consiste en comprobar que las juntas estén perfectamente encajadas, revisando también la tornillería.
Después de revisar la estructura se ponen en marcha las bombas de agua, entonces, comienza el trabajo de los socorristas, que prueban las atracciones antes de la llegada de los visitantes, se tiran por las calles de los toboganes y los tubos para comprobar que hay suficiente cantidad de agua para evitar roces y quemaduras.
Otro operario analiza cada mañana la calidad del agua, también se revisan los accesos, barandillas y escaleras y se retira cualquier objeto que pueda provocar resbalones. Un control diario que se efectúa durante toda la temporada de verano para garantizar el baño y una diversión asegurada.