El coronavirus está golpeando seriamente la actividad de cerca de 30.000 pescadores de nuestro país. Muchos ni salen a faenar por miedo al contagio y la dificultad de trabajar con seguridad en los barcos.
Mientras, en tierra, las lonjas venden a precio de saldo la escasa mercancía que llega a los pocos clientes que visitan estos días los mercados, que han visto descender y mucho sus ventas tras el cierre de los restaurantes.
Por ejemplo, el mercado malagueño de Huelín que funciona a medio gas estos días. La lonja medio vacía y muchas pescaderías cerradas o a punto de cerrar por falta de clientes.
Faltan restaurantes y bares
Pescateras como Josefa Caballero está desolada, cuenta que no se ha encontrado en esta situación durante el tiempo que lleva en su puesto. “Hoy traes 1.000 euros de pescado y apenas vendes 100 euros". Un kilo de salmonetes se vendía a 12 euros hace una semana, ahora a 5 euros y bajando.
La demanda ha caído en picado entre particular pero sobre todo por los restaurantes y bares que son el 20 por ciento de la facturación de este sector.
Pesadumbre por la flota amarrada
La pesadumbre se vive también en los puertos donde hay cientos de barcos de pesca amarrados “Se ven obligados a parar porque la tripulación tiene miedo y no quiere salir a faenar o porque no les sale rentable la actividad”, explica a Telemadrid el secretario general de la Confederación Española de Pesca, Javier Garrat.
Aunque forman parte del sector primario, y por lo tanto esencial en esta crisis, no pueden pedir ayudas ni acogerse a los ERTEs, una petición que esperan sea atendida por el Gobierno