El Rey Felipe VI ha afirmado este miércoles en La Habana, ante el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, que los españoles han "aprendido" de la Constitución de 1978 y de la propia historia española que "es en democracia como mejor se representan y se defienden los Derechos Humanos, la libertad y la dignidad de las personas" y también los intereses de los ciudadanos.
"La fortaleza que la democracia otorga a sus instituciones es la que permite el progreso y el bienestar de los pueblos y hacer frente a los riesgos y desafíos que inevitablemente surgirán en el camino", ha dicho el Rey en el Palacio de los Capitanes Generales, donde los Reyes Felipe y Letizia han ofrecido el miércoles por la noche (madrugada del jueves en España) una cena "de devolución" a Díaz-Canel y su esposa, Lis Cuesta, en el segundo día de su visita de Estado a Cuba.
El Rey ha ofrecido la experiencia española para "sobre la base del respeto" poder "acompañar" el "proceso de cambio en el que está inmersa Cuba". Esa experiencia parte de que España "supo dotarse, en 1978, de una Constitución basada en el pacto, la negociación, e inspirada en el consenso y la reconciliación" y que en ese marco, "refrendado por el pueblo español en el ejercicio de su soberanía", los españoles "han vivido sus mejores años como un país plenamente democrático".
En un largo discurso en el que ha reivindicado la historia común de los dos países, Felipe VI ha lanzado un mensaje contundente al afirmar que es una lección de la historia que "la evolución, la adaptación y el cambio son inevitables", que "nada queda congelado en el tiempo y que quien se resiste a su paso pierde la oportunidad de colaborar en el diseño del futuro". "Cuál será ese futuro lo tiene que dilucidar el propio pueblo cubano", ha proseguido el Rey, señalando que los cambios "no pueden ser impuestos" pero que para tener éxito y traer consenso y bienestar deben representar "la voluntad ciudadana".
"El vínculo entre España y Cuba es profundo, no es superficial, es atemporal, no coyuntural, y lo es en gran medida más humano y entre pueblos o sociedades", ha proclamado Felipe VI, que ha expresado su "satisfacción" por tener el "gran honor" de ser el primer Rey que hace un viaje de Estado al país.
A la cena, en el patio del Palacio de los Capitanes Generales que preside una estatua de Cristóbal Colón, han asistido más de un centenar de personas, españoles y cubanos, incluidos miembros de la sociedad civil a los que los Reyes han recibido en audiencia poco antes en la Embajada de España -alguno de ellos dejaba ver su sorpresa positiva ante el discurso--.
El viaje termina este jueves con un desplazamiento de los Reyes a Santiago de Cuba para "rendir homenaje a los españoles, cubanos y estadounidenses que allí murieron con honor en 1898". "Tendré bien presente las palabras de José Martí cuando dijo que aquella fue una guerra sin odio", ha proseguido el Rey: "Aquella sangre derramada, nuestra y vuestra, no ha dejado odio alguno entre nuestros pueblos y siguen vivas por siempre, mezcladas, acá y también allá, en tantas y tantas familias".